viernes, 3 de octubre de 2014

Gritos al vacío

 La muerte es una mierda y más si te atrapa a los 20 años sin ninguna explicación, pero lo peor de la muerte no es el hecho de morirse, es el dolor que dejas atrás.  Vidas deshechas que no se volverán a reconstruir por completo.

La muerte, ese secreto a voces que nadie quiere pronunciar ni conocer,  como si así lo fueran a evitar, ilusos.


De eso ya se encargan las religiones,  pues no son más que eso, un quita-miedos acerca de la incertidumbre que es pasar al otro lado. Tratan de tranquilizarte;  " habrá vírgenes en el paraíso esperandote", "Podrás reunirte con el Padre", "volverás a la vida convertido en otro ser".

En definitiva escudan el desaparecer que significa la muerte,  si de verdad creyeramos en la resurrección de los muertos no los enterrariamos encerrados en una caja acolchada. No tratariamos de evitarlo,  lo recibiriamos con los brazos abiertos cuando quisiera llegar,  sin lágrimas ni gritos al vacío.

La realidad es que estamos solos con nuestra mísera existencia,  dejando correr los días pensando que los aprovechamos.

Aunque,  hermano, sin ti queda poco que aprovechar,  te sorprendería la cantidad de vidas que marcaste e hiciste cambiar, eres la clase de persona que no llama la atención por su presencia, sino que, le delata su ausencia.

Una ausencia demasiado pronunciada para todos nosotros, créeme,  no hay puesta de sol que vea sin pensar que tu la estás observando desde otra parte.

Ya ves, tu hermana atea capaz de pensar en un posible "cielo" solo para que tú estés en él; Aunque sigo pensando que la gente sobrevive a través del recuerdo y es impresionante la cantidad de personas que se levantan y se acuestan pensando en ti,  en tu superior forma de hablar, en tu particular forma de ver el mundo de una manera tan compleja que pocas personas podían seguirtr los pensamientos, y a su vez, eres aquel que puede mantener una conversación durante horas sobre un videojuego que te apasione, la clase de persona que deja huella si tienes el valor y la paciencia de conocer.

A su vez, te reirás de la cantidad de hipócritas que por algún motivo que desconozco todavía no se han ahogado en su propia escoria.

Si, esa gente que trataba de hacerte daño ahora resulta que te quiere.

¿Recuerdas a tu profesor de historia? Si, ese que no sabia distinguir un discurso político de una clase, si si, ese al que tu le dabas mil vueltas y por ello no te subió del notable aunque sacaste matrícula en selectividad,  ese. Resulta que te pone de ejemplo motivador a seguir,un icono. Valiente gilipollas. Y ¿esa profesora de lengua que nunca te ponia la nota que te merecías? Resulta que te admiraba muchísimo y que eras un fuera de serie.

El resto de malnacidos que sabemos no son dignos ni de mencionarles, pero ahí siguen, metidos en su mierda, en lo que son, vaya.

Por gente como esa creo que me declararía a favor de la violencia.

Pero luego están tus amigos, que tienen casi más derecho que yo de llamarse hermanos tuyos.

Te aseguro que han cuidado de mi desde el primer momento, como si en vez de perder un hermano mayor hubiera ganado dos.

No sabes la suerte que tienes de haber encontrado a gente así,  no tengo la menor duda de que habrá gente que viva 100 años sin conocer una amistad  tan sincera como la vuestra.

Todos son increíbles, la mayoría pendientes de mi y de mamá y papá,  no hay duda de que sabes elegir bien y es evidente que ellos también,  cada vez que les veo es como estar con ina parte de ti que no se ha ido, ni se irá jamás.

No hay palabras para describir la tortura que es vivir sin ti, pero hay todavía menos para contar el amor que sentimos por ti.

No te olvidamos.

Fdo: Anita




















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